domingo, 11 de mayo de 2014

¿Dónde está la economía española?

Clemente Polo

La publicación del último Informe trimestral sobre la economía española del BdE, los resultados de la EPA del primer trimestre de 2014 y la estimación avance del PIB (INE), y la actualización del Programa de Estabilidad 2014-2017 (MINECO) nos brindan la oportunidad de examinar la situación de la economía española tras la doble recesión que puso punto y final a la más larga expansión de nuestra economía (1995-2007) y provocó desequilibrios reales y financieros que todavía hoy padecemos. Ya en mi primer artículo sobre temas económicos publicado en un medio de comunicación (“Por qué la recesión será severa y larga?”, Libertad Digital, 21 de enero 2009), sostenía que la “insólita concurrencia de una severa crisis financiera y una recesión económica augura un período de contracción, primero, y otro de bajo crecimiento, después, más en línea con lo ocurrido en la década negra de la economía española (1976-1985) que en la recesión de 1992-93”. Han transcurrido cinco largos años y suscribo cuanto entonces escribí.
Exceso de oferta
Exceso de oferta
La economía española sigue todavía inmersa en una situación complicada, digiriendo los fuertes desequilibrios acumulados durante la expansión, tanto reales (exceso de oferta en el mercado inmobiliario y saldo negativo por cuenta corriente) como financieros (elevado endeudamiento de todos los sectores residentes y escasa rentabilidad de una parte de los activos adquiridos) que situaron contra las cuerdas al gobierno que contaba con un estrecho margen de maniobra en el ámbito fiscal, por la elevada dependencia de la recaudación de las actividades inmobiliarias, y monetario, tras haber cedido las políticas monetaria y cambiaria al BCE. Si me permiten el símil, la situación vivida estos años recuerda a la del naturalista amateur cuya ignorancia y atrevimiento le impulsan a seguir avanzando hacia el centro de la ciénaga sin tener la precaución de anticipar las consecuencias.
Rajoy cola INEM
Las dos recesiones han tenido efectos devastadores sobre el mercado laboral (se perdieron 3,7 millones de puestos de trabajo y aumentó en 4,7 millones la cifra parados entre el tercer trimestre de 2007 y el primero de 2013), el sistema financiero (se inyectaron 61.366 millones a través del FROB entre 2009 y 2013 y la tasa de morosidad alcanzó al 13,42 % en febrero de 2014), el déficit público (escaló hasta el 11,1 % del PIB en 2009 y todavía fue del 6,62 % en 2013), y la deuda de las AAPP (pasó del 36,3 % del PIB en 2007 al 93,9 % a finales de 2013). Y tendrán que pasar todavía algunos años hasta que se alcancen unos niveles de empleo y paro comparables a los de otros países y una estabilidad financiera y presupuestaria que permita encarar el futuro con garantías. De momento, habrá que continuar adelante con el lento proceso de desendeudamiento privado, confiando en que sigan contenidos los precios de las materias primas y no haya nuevas turbulencias financieras, estableciendo unas bases fiscales más sólidas para las AAPP, y saludando como grandes noticias la recuperación del pulso de la actividad económica.

La recuperación del pulso económico
Guindos SS y Montoro
Tanto el Informe del BdE como el revisado cuadro macroeconómico del gobierno (CMG), pronostican un aumento significativo del crecimiento del PIB en los próximos años. Frente a la caída del 1,2% en 2013, el BdE prevé aumentos del 1,2% en 2014 y 1,7 % en 2015 y el MINECO eleva la última cifra al 1,8 %, y pronostica crecimientos del 2,3 y 3,0 por ciento en 2016 y 2017. Que estas tasas se alcancen o no dependerá en buena medida de cómo le vaya a la UE en su conjunto. En cuanto a sus efectos sobre el empleo, el BdE se limita a observar que “la información disponible permite atisbar un nuevo repunte de la tasa de variación de la ocupación por segundo trimestre consecutivo y después de más de cinco años de retrocesos continuados”. El CMG va bastante más allá y pronostica tasas de crecimiento de la ocupación del 0,9, 1,2, 1,7 y 2,3 por ciento para los próximos cuatro años y la creación de “900.000 puestos a tiempo completo” entre 2014-2017. La escasa diferencia entre las tasas de crecimiento del PIB y la ocupación supone que se generará empleo neto incluso con tasas de actividad inusualmente bajas. Aunque es posible que la fuerte contracción de las plantillas acometida en los últimos años permita ahora generar empleo con tasas de crecimiento del PIB tan bajas, habrá que esperar a que los hechos confirmen los pronósticos.
Seat
Las cifras de ocupación de la EPA revisadas con las nuevas estimaciones de población sugieren que lo peor ya ha pasado. Aunque la cifra de ocupados, 16.950.600, es las más baja desde el segundo trimestre de 2002, conviene no perder de vista que las variaciones intertrimestrales del empleo sólo han resultado positivas en cinco trimestres desde 2008, dos de ellos el segundo y tercer trimestres de 2013, y que las caídas de la ocupación en el último trimestre 2013 y primer trimestre de 2014 son muy inferiores a las ocurridas en idénticos trimestres de años anteriores. Asimismo, las caídas de la tasa interanual de ocupados de los dos últimos trimestres, tanto en cifras absolutas como porcentuales, resultan muy inferiores a las registradas en los dos años anteriores

Gráfico con la evolución del número de parados
Gráfico con la evolución del número de parados
En cuanto al paro, el diagnóstico que emerge de la EPA es bastante similar. Desde 2008 al inicio de 2013, la variación intertrimestral del paro sólo fue negativa en dos trimestres pero el número de parados se ha reducido en los tres últimos trimestres de 2013 y el primero de 2014, y aunque las caídas en los dos últimos son pequeñas, 7.800 y 2.300 personas, respectivamente, resultan significativas cuando se comparan con los abultados incrementos observados en esos mismos trimestres de años anteriores. Además, las tasas interanuales del cuarto trimestre de 2013 y primero de 2014 son también negativas, algo que no se producía desde el segundo trimestre de 2007. Aunque el gobierno ha resaltado que se ha reducido el número de parados en 344.900 personas durante el último año y que “España lidera la bajada de desempleo”, lo cierto es que dicha caída no se debe a la inexistente creación de empleo, que ha caído en 79.600 personas, sino a la disminución (424.500=344.900+79.600) de la población activa.
Algunas conclusiones
Ministra de Empleo y Seguridad Social
Ministra de Empleo y Seguridad Social
A la vista de lo ocurrido en los últimos trimestres, se puede concluir que el proceso de recuperación de la actividad está consolidándose y el proceso de destrucción de empleo parece estar llegando a su fin, si bien la economía española no genera todavía empleo sostenido y la caída del paro se explica íntegramente por la contracción de la actividad. De ahí que resulte prepóstero afirmar que “España es un país protagonista en la creación de empleo” y menos todavía atribuirlo a la reforma laboral de 2012.
La situación recuerda la de finales de 2010 e inicio de 2011, cuando la economía salía de la recesión con un cuadro macroeconómico preocupante. Lo que ahora, a diferencia de entonces, invita a mirar el futuro con mayor optimismo es que el déficit público, aunque todavía elevado, se ha estabilizado y el Estado puede financiarse a tipos razonables; que las familias y empresas no financieras han reducido sus elevados ratios deuda bruta/PIB desde 2007; que el crecimiento de las exportaciones y la contracción de las importaciones han cerrado la brecha exterior; y que el sistema financiero se ha saneado (o casi) con las masivas inyecciones de dinero público y privado recibidas.
Montoro en el debate sobre el EN 2014
Para apuntalar la creciente confianza de los inversores extranjeros y mejorar la competitividad de nuestras empresas, resulta imprescindible acometer ya, sin más dilaciones, la reforma fiscal (¡llegará con más de cuatro años de retraso!) que esperemos no desvirtúe la proximidad de las elecciones generales, y seguir batallando en la eurozona para mejorar la integración de los mercados financieros, reconsiderar el papel del BCE y retornar a la paridad con el dólar.

Artículo publicado en el diario Expansión (03/05/14(

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