Sonia Sierra
Hace
unas semanas, Agustí Colomines publicó un artículo titulado “La lengua del
imperio” http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/07/la_lengua_del_imperio_56742.php.
Si bien comparto con él la idea de fondo, que es la defensa del plurilingüismo,
me gustaría matizar algunos de sus argumentos que son, cuanto menos,
discutibles.
Para empezar, en sociolingüística se distingue
entre bilingüismo individual y bilingüismo colectivo, es decir, que una persona
puede ser bilingüe pese a vivir en un lugar que no lo es o, por el contrario,
alguien puede ser monolingüe en un país plurilingüe. Así, Colomines, con una
especie de fatalismo determinista afirma que “los españoles de verdad son
monolingües por vocación e inclinación” lo cual, pese al evidente déficit de
conocimiento de idiomas en nuestro país, es bastante absurdo. Me da la
impresión que Colomines parte de la falacia de que los catalanes no somos
españoles y que, por lo tanto, los que hemos nacido en esta Comunidad Autónoma
quedamos excluidos de sus categóricas afirmaciones, como si el nivel de
conocimiento de idiomas fuera aquí superior al del resto de España. Para
ilustrar esto, señala que ningún jefe de Gobierno desde la muerte de Franco ha
hablado otro idioma que el español, cosa que no es cierta: Calvo Sotelo tenía
un buen nivel de inglés y diría que también de francés, idioma que conocían
tanto Felipe González como Jose María Áznar que ha acabado dando conferencias
en inglés en Estados Unidos.
Resulta
también sorprendente la comparación que realiza con Bélgica cuando son
realidades bastante diferentes: España tiene una lengua oficial para todo el
Estado y, en algunas Comunidades Autónomas, cooficialidad con otras lenguas
mientras que en Bélgica existen unas zonas lingüísticas diferenciadas y ninguna
lengua en común. Volviendo a la diferenciación sociolingüística del principio,
si bien en Cataluña se da un alto número de bilingüismo individual, esto no es
así en Bélgica –o al menos, no necesariamente con las dos lenguas oficiales.
Pero lo más extraño es poner como modelo a un país que está siendo investigado
por la ONU por su situación lingüística http://www.vozbcn.com/2008/03/13/138/la-onu-investiga-la-situacion-linguistica-belga/
Llama
poderosamente la atención que un artículo que reivindica el plurilingüismo
defienda, a la vez, la mal llamada inmersión lingüística en Cataluña que es un
modelo monolingüe como se encarga de evidenciar la Consellera de Educació,
Irene Rigau cuando afirma “nosotros no tenemos como objetivo la educación
bilingüe, eso tiene que quedar claro” (http://www.tv3.cat/videos/5130652/Lescola-catalana-amenacada
a partir de 10:19). Para su defensa del actual modelo, Colomines reivindica
un concepto en desuso en lingüística como es “lengua nacional” y que se
utiliza, sobre todo, cuando una lengua no alcanza el rango de oficial cosa que
no es cierta en el caso del catalán, que es cooficial y se utiliza para la
publicación de instrumentos legales y, además, en el caso de Cataluña, es la
única vehicular en la escuela http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/lengua-nacional-y-sociolingstica---las-constituciones-de-amrica-0/html/00e316e0-82b2-11df-acc7-002185ce6064_36.html.
A pesar
de lo que dice Colomines en su artículo, el catalán también es lengua habitual
en las administraciones valenciana y balear e, incluso, podemos encontrar
páginas web de Ayuntamiento que están única y exclusivamente en catalán http://www.arta.cat/. Además, en Baleares
también tienen la inmersión lingüística y la aplicación del TIL (Tratamiento
integrado de las Lenguas) solo se ha aplicado, hasta el momento, a 36.000
alumnos. Por si eso fuera poco, tienen la Obra Cultural Balear regada con
ingente cantidad de recursos públicos http://www.ocb.cat/index.php?link=9.
Vamos, que el catalán muy arrinconado no parece que esté.
Es
curioso que siempre que se habla del tema de la inmersión en Cataluña salga a
relucir el tema de la Comunidad Valenciana. El modelo de dicha comunidad es el
de la doble vía, que es el más extendido en los países con más de una lengua,
mientras que la inmersión obligatoria que se aplica en Cataluña y Baleares no
se da en ningún otro lugar del mundo así que llama la atención que se critique
lo que en el resto del planeta se considera normal y se reivindique como
“modelo de éxito” una opción que nadie más ha decidido copiar. También es
llamativo que se muestren defensores de los derechos lingüísticos de los niños
de otra comunidad autónoma y no de los de la propia. Matizar, antes de que se
me acuse de querer separar a los alumnos por razón de lengua, que mi modelo no
es el de la doble vía sino el de ambas lenguas vehiculares, tal y como se
aplica en Luxemburgo, Estados Unidos y cada vez en más países como Finlandia y
que es también el modelo de Aula, el colegio escogido por Mas para sus hijos.
En todo caso, como ya he dicho al principio,
comparto con el autor la idea principal del artículo que es la defensa del
plurilingüismo, especialmente en la educación así que me sumo a sus
reivindicaciones para que todos los niños valencianos que lo deseen reciban
educación en catalán por lo que le propongo un pacto a él y a todos los
defensores de la inmersión ¿nos
unimos en la defensa de los derechos de los niños en Valencia y Cataluña y
luchamos por un modelo que sea más justo para todos?
Este artículo fue publicado en Economía Digital (22-07-14)
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